lunes, 18 de abril de 2011

Donde nos llevó la imaginación.
Donde con los ojos cerrados se divisan infinitos campos.
Donde se creo la primera luz junto a la semilla del cielo azul, 
voleveré a ese lugar donde nací.

De sol, espiga y deseo son sus manos en mi pelo.
De nieve, huracán y abismo el sitio de mi recreo. 

Viento que en murmullo parece hablar,
mueve el mundo y con gracia lo ves bailar,
y con él el escenario de mi hogar.
Mar bandeja de plata, mar infernal es un temperamento natural.
Poco nada cuesta ser uno más.